Todos sabemos que el amor tiene mil formas de expresarse, y que en ocasiones, el modo en que la otra persona lo hace no siempre se parece al nuestro. Sin embargo, esto no significa que nos quieran menos. Porque el amor tiene formas, maneras singulares e idiomas propios, que hay que saber comprender para dar forma a esta emoción intensa, pero tan llena de fabulosos matices. El amor es universal, pero al igual que el propio lenguaje, puede llegar a expresarse de modos que no siempre sabíamos. Cada uno solemos tener entre uno y dos tipos de lenguaje con los que nos sentimos más cómodos para expresarnos y con los que captamos mejor el amor que nos viene de fuera. Conocerlos, saber cuál encaja con nosotros, nos permitirá, por ejemplo, comprendernos mucho mejor a nosotros mismos. Solo así sabremos de qué manera amamos, cómo esperamos que el otro lo haga, y de qué forma podemos llegar a un equilibrio perfecto en la relación.